El portal Skycanner ha indagado sobre el particular en la segunda entrega de su estudio ‘El futuro de los viajes’ y nos desvela cómo serán los aeropuertos del futuro. En ese escenario futurible las esperas y trámites tediosos serán eliminados gracias al etiquetado inteligente, el escaneo biométrico y molecular, la auto facturación, las tiendas virtuales.
El estudio ‘El futuro de los viajes’ pronostica que en el año 2025 un taxi Google esperará al viajero a la puerta de su casa para conducirle hasta el aeropuerto. Ese taxi se parecerá poco a los actuales: tendrá acceso a Internet controlado por gestos y voz a través de una pantalla de 3D, lo que permitirá al viajero hablar por Skype con su familia y amigos durante el trayecto. En el aeropuerto, los avances tecnológicos habrán eliminado las colas de facturación y los mostradores. Podremos dejar la maleta en puntos automatizados distribuidos por toda la terminal, facturando mediante una simple orden verbal a un dispositivo ponible de Inteligencia Artificial (IA).
Para la mayoría de los expertos en el sector aeronáutico, este escenario es más que probable.
“En 2025, tecnologías de autoservicio automatizadas a través de Smartphone permitirán a los viajeros dejar momentáneamente su maleta en el McDonald’s o facturar mientras piden un café en Starbucks”, apunta Patrick Yeung, CEO de Dragonair.
Elementos que anuncian la llegada de esta tecnología ya están siendo introducidos en los aeropuertos. British Airways y Microsoft están probando conjuntamente etiquetas de equipaje digitales, personalizadas y activadas por Smartphone que eliminarán las etiquetas, billetes y tarjetas de embarque impresas.
“Pero esto es solo la punta de un iceberg tecnológico realmente fascinante”, señala el cofundador de The Future Laboratory, Martin Raymond. Este experto asegura que “estamos asistiendo al nacimiento de lo que se ha denominado el Internet de los objetos: en la próxima década, cada vez más productos -50.000 millones de dispositivos- estarán conectados a Internet y entre ellos, productos como ropa, accesorios o frigoríficos, e incluso cepillos de dientes y maletas”.
El etiquetado inteligente no será la única novedad. La aerolínea japonesa All Nippon Airways ya está utilizando tabletas inteligentes que ofrece a los pasajeros para que facturen en pocos segundos y después les muestra la ruta hasta su puerta de embarque. En los aeropuertos de Heathrow y Frankfurt se ha instalado iQueue, un producto que funciona mediante Bluetooth y es capaz de entender el comportamiento del pasajero y reducir las colas que puedan formarse.
Los expertos en el sector dicen que estos avances técnicos no son más que la primera etapa de un proceso de automatización integrada de la infraestructura aeroportuaria que se hará realidad en apenas 10 años. Greg Fordham, director ejecutivo de Airbiz, afirma que “dentro de cinco años no hará falta un solo empleado en toda la terminal”. La automatización del aeropuerto permitirá a los pasajeros controlar todo el proceso y el personal se limitará a un equipo de empleados multilingües y polivalentes que ayudarán a aquellos que precisen de sus servicios.
Los escáneres moleculares, las etiquetas de identificación digitales para el equipaje y la tecnología de reconocimiento facial y de retina habrán eliminado las colas de los mostradores de facturación y de los controles de seguridad. No es tan ciencia ficción… Los escáneres corporales moleculares de Genia Photonics, que actualmente está introduciendo el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense, son 10 millones de veces más rápidos que los escáneres convencionales y pueden funcionar desde una distancia de 50 metros.
Las nuevas tecnologías transformarán igualmente las tiendas del aeropuerto. En lugar de adquirir los productos y cargar con ellos en el avión podremos escanearlos y recibirlos en casa directamente. Mucho más cómodo, sin duda. Cada segundo que pasemos en el aeropuerto tendrá un “gran valor comercial”, puesto que la oferta de shopping y restauración estará tentadoramente a nuestro alcance.
En definitiva, el aeropuerto ya no será un lugar donde se esperan vuelos, sino una aerociudad de lujo, con asientos que adoptan la forma del cuerpo, estanterías virtuales para hacer la compra, cines en 3D, piscinas en la azotea y centros de yoga situados en pleno atrio de la terminal.
Consulta aquí el estudio: El futuro de los viajeros
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