Hay cada vez más competencia en el mundo. Esto se da para las empresas en diferentes sectores, incluyendonos a nosotros. Eso es genial porque significa que aún nos queda mucho por mejorar. No hemos alcanzado la cima del éxito, tan solo hemos subido un escalón más en una gran escalera.
Si eres una empresa y te va muy bien en las ventas, te preguntaría: ¿cuál es la razón de tu éxito? Si la razón del ‘éxito’ solo está en tu producto, pues ya tienes algo de qué preocuparte.
Sabemos que aún hay muchas empresas que funcionan de esa forma y lo cierto es que, en pleno siglo XXI, mantener un enfoque que concentre y busque generar valor basado solo en el producto, es un error. ¿Por qué? Hay muchos ejemplos. Durante los últimos días te he comentado sobre dos de estos: Motorola y Blockbuster. Dos marcas que durante sus mejores momentos fueron líderes indiscutibles de su sector, pero hoy son – para efectos prácticos – sólo recuerdos.
Hoy no importa el tamaño de la empresa, ésta no podrá crecer de forma sostenible si pretende generar valor solo en base al producto. ¿Estoy diciendo que el producto no es importante? No, para nada. Es sólo que hoy un buen producto no basta, las empresas necesitan generar valor en aspectos intangibles que fortalezcan el posicionamiento de su marca en la mente de las personas. Y si, prestamos atención, posicionamiento en las mentes, un lugar en donde la ‘realidad’ es solo una percepción que varía según las personas.
En este punto ya debemos darnos cuenta de que, un posicionamiento sólido se construye en base a la gestión de percepciones de las personas respecto a nuestra marca. El producto tangible – o el servicio intangible, según sea el caso – puede ser uno de los primeros puntos de contacto, sin embargo no será el único. Aspectos – algunos complejos y otros no tanto – como los valores de marca, el personal de atención al cliente, la responsabilidad social corporativa, entre otros influirán en el posicionamiento de una marca. No se trata de solo tener un buen producto, se trata de generar experiencias adecuadas en torno a éste que construyan una percepción positiva que fortalezca el posicionamiento de nuestra marca.
Ahora la gran pregunta, ¿tienes definido cuál quieres que sea el posicionamiento de tu marca? Muchas empresas responderán a esta pregunta mencionando la calidad de su producto o servicio, pero… ¿qué más? La calidad es algo que no puede constituir – en sí misma – una ventaja diferencial para nuestra marca. Cualquiera con suficiente capital puede tener un producto similar o superior al tuyo.
Hagamos un breve ejercicio. Te mencionaré 3 marcas y tú me dirás lo que se te viene a la mente que no sea el producto al que representan. ¿Listo? ¡Empecemos! 1) Coca Cola 2) Red Bull 3) Apple 4) Disney 5) Toshiba. ¿No te ha pasado que en algunos casos asociaste estas marcas a atributos diferentes al producto que representan, pero en otros no podías ir mucho más lejos del producto? La causa está en el posicionamiento y cómo algunas de estas marcas han tenido muy en claro lo que quieren representar en la mente de las personas.
En fin, como diría Al Ries: “El marketing no es una batalla de productos, es una batalla de percepciones”.
Si la razón del ‘éxito’ solo está en tu producto, pues ya tienes algo de qué preocuparte. No se trata de solo tener un buen producto, se trata de generar experiencias adecuadas en torno a éste que construyan una percepción positiva que fortalezca el posicionamiento de nuestra marca.
Fuente: www.puntodemarketing.com/marketing-y-percepciones-un-buen-producto-basta/
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